Mochila y maleta

Un blog de viajes para disfrutar del tiempo libre

miércoles, 11 de julio de 2012

Peñiscola, un castillo que se alza sobre el mar


En el norte de la provincia de Castellón, podemos encontrar un lugar que fue escenario de una de las primeras grandes superproducciones de la historia moderna del cine. El Castillo del Papa Luna, en Peñíscola acogió el rodaje de El Cid, una película con Charlton Heston y Sophia Loren que provocó que la tranquila y pequeña villa marinera se convirtiera en un centro turístico de los más importantes de la costa castellonense.

Hoy, cinco décadas después, Peñíscola recibe a miles de visitantes cada año, que disfrutan de la visita a la fortaleza y al jardín anexo a esta. Además, un paseo por el casco antiguo es uno de los placeres que ofrece esta villa medieval, cuyo casco histórico está enclavado en un peñón que se adentra en el mar.

El acceso se realiza desde el puerto o desde las estupendas playas de la villa, y comienza allí una subida por el casco histórico, repleto de pequeñas tiendas de recuerdos y bares donde aplacar la sed y coger aliento para afrontar las empinadas calles que conducen hasta el castillo.

A mitad camino encontramos el Bufador, un orificio situado junto una casa que conecta directamente con una gruta que recibe el envite del Mediterráneo y que permite escuchar la bravura de este desde la seguridad de la ciudad.

Cuando se produce una tormenta, el Bufador no solo suelta el sonido del mar, sino también chorros de agua y espuma que aparecen por el agujero, haciéndolo todavía más espectacular.

El castillo está en el punto más alto. Se puede visitar, aunque no mantiene su configuración original. Esta ha sido modificada en sucesivas reformas para hacerlo más atractivo para el turismo y sobre todo, más seguro. Aún así, pasear por las estancias de la fortaleza es toda una experiencia.

Al bajar, por el lado opuesto del peñón, encontramos menos tiendas, pero más restaurantes, donde podemos degustar los excelentes platos de sus cocinas, basados sobre todo en productos del mar y arroces, mientras contemplamos la impresionante vista que se ofrece desde allí.

Llegamos a los jardines, situados en la parte posterior del castillo, donde se realizan exhibiciones de aves rapaces y se puede comprobar la grandeza de la fortaleza desde la parte externa de sus murallas.

También se puede contemplar la interminable línea de playa, bordeada por hoteles de toda condición y categoría, que ofrecen servicios para que los visitantes y turistas tengan todas las comodiades que exige un lugar tan impresionante como Peñíscola.

Moverse en París en transporte público


La Ciudad Luz es apasionante, a ver quien lo duda. Pero moverse por ella puede llegar a ser un poco complicado si no tiene en cuenta qué se quiere ver o cómo se prefieren hacer esos traslados. El método más sencillo y económico es utilizar el transporte público, que puede dejarnos en cualquier punto de la ciudad y a un precio que no resultará tan algo como otros.

París cuenta con una eficaz red de autobuses urbanos y metro, como corresponde a una capital europea, y es sencillo utilizarlos. Existen también bonos que abaratan cada viaje y está la posibilidad de adquirir una tarjeta especial que permite accedier a museos y utilizar el transporte público sin coste extra.

Otra de las opciones es comprar un billete para los autobuses turísticos. Sí, resultan algo caros, pero permiten desplazarse con ellos y llegar hasta los puntos más importantes de la ciudad, ya que las paradas de estos vehículos están todas cerca de los monumentos y lugares más importantes para visitar.

Estos autobuses son los que vemos en cualquier ciudad turística, con un segundo piso descubierto que permiten disfrutar el aire libre mientras se descubre el pulso de la ciudad. Es una buena opción para un primer contacto con la ciudad, aunque una vez conocida ya, sería conveniente comenzar a utilizar el metro o los autobuses comunes.

Hay tres compañías de autobuses turísticos, con rutas similares pero no idénticas, que funcionan desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde. 

Son  Les Cars Rouges, París Open Tour y Foxity Sightseening Tour, cada una con un tipo de recorrido y unos precios bastante similares. 

También existen en París una modalidad de transporte urbano que resulta muy atractiva para el turista. Se trata de un servicio de barcas que hacen la función de autobuses urbanos y realizan rutas prefijadas, pero por el Sena. 

Es una experiencia navegar por el río como si se tratara de un transporte urbano más. Obviamente, es un servicio que utilizan más los turistas, pero las visitas a París se complementan de una manera estupenda viendo la perspectiva de la ciudad desde uno de estos transportes.

viernes, 29 de junio de 2012

El Mount Saint-Michel, un pedazo de cielo en la Tierra

En el Norte de Francia existe un lugar donde el tiempo parece haberse detenido y muestra un trocito de la Edad Media enclavada de manera mágica dentro del océano Atlántico. Saint Michel se percibe como una pequeña montaña hecha por personas, surigiendo del mar y apareciendo ante el visitante como una forma espectral.

Se trata de una pequeña isla en cuya superficie se edificó una abadía consagrada al Arcángel San Miguel, que con el paso de los siglos fue ganando importancia y creciendo, llegando a ocupar toda la superficie de la roca y hoy es El Mount Sant-Michel está totalmente rodeado por el agua del océano,uno de los centros turísticos más importantes de Francia.

Más de 3 millones de visitantes quedan cada año maravillados ante la imponente presencia que aparece de repente en el horizonte y va haciéndose cada vez más grande, hasta que la tienen delante de ellos. Un vestigio de épocas pasadas que impresiona por su belleza y su arquitectura.

pero en los momentos de marea baja, esta retrocede,dejando a la vista la arena de una inmensa playa que pronto vuelve a ser reclamada por la ferocidad del Atlántico.

Se accede a él a través de una carretera que queda por encima de la marea, y es transitable hasta los aparcamientos, en los que hay que andar con ojo, ya que también acaban siendo cubiertos por el agua salada cuando sube la marea.

Las empinadas calles de Saint-Michel conducen hasta el monasterio, donde se puede visitar el claustro y las distintas estancias que conformaban este edificio milenario. En él se pueden ver curiosidades como el montacargas impulsado por una inmensa rueda en la que la fuerza la hacían los prisioneros que cumplían una dura condena en el lugar.

Es conveniente contar con un guía para descubrir la interesante historia del lugar. Salen cada poco tiempo desde la entrada, y es fácil encontrar un grupo que hable castellano. Las historias que cuentan son interesantes y ayudan a conocer y comprender qué estamos viendo.

Las calles que suben hasta el monasterio están repletas de tiendas de souvenirs, bares, restaurantes y otros establecimientos, pensados para los turistas. Bastante caros todos, por cierto.

Para alojarse, se puede optar por buscar en los pueblos cercanos, especialmente Saint Malò, una pequeña ciudad que es también uno de los puntos destacados para visitar en la zona. Cientos de hoteles de varios precios o campings muy cercanos al Monte son las opciones más destacadas para hacer noche disfrutando del espectáculo que supone la sola visión del lugar. Tu crucero desde 269eur TASAS INCLUIDAS

miércoles, 27 de junio de 2012

El restaurante Sargantana presenta exposiciones en Valencia este verano


La ciudad de Valencia es una de las más visitadas por los turistas durante la temporada estival. La calidad de sus playas y todas las cosas que tiene por descubrir permite que el viajero se detenga en ella y descubra una de las ciudades más grandes y cosmopolitas del Mediterráneo español.

Y una de las grandes cosas que tiene la Ciudad del Turia para descubrir es su gastronomía. Miles de platos con sabor tradicional se dan cita en sus restaurantes, que ofrecen lo mejor de la cocina mediterránea, tanto la tradicional, como la más actúal y vanguardista.

También hay restaurantes que ofrecen una cocina sorprendente, cartas que cambian cada día y que sorprenden al comensal porque son locales que trabajan con el menú de mercado y ofrecen cada jornada lo que encuentran en el mercado, lo que consideran que sus clientes deben saborear en cada momento, siempre fresco y con toda la calidad de una buena cocina.

El Restaurante Sargantana está ubicado en la calle Llano de Zaidia 16, junto al Jardín del Turia, en una zona de fácil acceso, y su propietario, Juanra Aparisi, ha decidido cambiar su oferta centrándola en los productos que encuentra en el mercado.

Carnes que le llaman la atención, piezas de pescado que han sido traídas de la Lonja esa misma mañana, verduras que sorprenden por su frescura... Todo lo que hace grande al mercado de Valencia, está presente cada día en la carta del Sargantana.

Además, el restaurante propone múltiples eventos a lo largo del año, como "cenas con los dedos", las famosas Sargancenas, la Cena de los Sentidos, y varias exposiciones, como la que inaugurará el próximo día 6 de julio.

Piedra sobre Piedra es el título de una exposición fotográfica realizada por Artistic Sprout by Pilar Aleixandre, que recoge instantáneas de pueblos de la provincia de Castellón, tomadas a lo largo de todo un año.



Imágenes de paisajes nevados, en las que la piedra es la protagonista, bien de forma natural como manufacturada por el hombre. Refrescantes imágenes que nos traslada hasta el mundo rural del Castellón interior.

La exposición se podrá contemplar durante todo el verano, hasta el mes de septiembre, y será escenario para que se puedan contemplar mientras se disfruta de una cena estupenda, junto al fantástico Jardín del Turia.

lunes, 30 de abril de 2012

La Feria del Libro de Valencia toma los Jardines de Viveros




Los Jardines de Viveros, uno de los lugares más bonitos y tranquilos de Valencia, se vestirán de ajetreo, miles de visitas y decenas de casetas de libreros que intentarán que los valencianos se acerquen, conozcan y disfruten de las novedades editoriales que se presentarán a lo largo de la celebración de la 43ª Fira del Llibre de Valencia.

El programa de actos comenzará el día 26 de abril, a las 12 del mediodía, cuando los libreros abran las casetas y comiencen a llegar los primeros aficionados a la lectura para complementar su paseo por los increíbles jardines a la orilla del cauce antiguo del Túria con un buen libro.

Cincuenta y cinco expositores compartirán el espacio y colaborarán con la organización acogiendo varias sesiones de firmas de autores de toda España, que presentarán sus libros. Además, es una perfecta ocasión para acercarse a estos y poder charlar con ellos, conocer de primera mano sus experiencias con la literatura y llevarse un ejemplar firmado.

Además de los espacios de cada librería, la Fira cuenta con varios espacios propios donde realizar las presentaciones. Nueve espacios, dedicados a estos menesteres, pero también a la proyección de audiovisuales, exposiciones y otras actividades culturales.

Los escolares son también uno de los colectivos que tienen mucho que encontrar en la Feria, ya que se preparan actividades para que los colegios se acerquen hasta los Jardines de Viveros. Cuenta cuentos, concursos de dibujos y redacción figuran entre los actos programados, para que se diviertan entre libros, vayan con sus profesores o en familia.

Entre los autores convocados en la Fira, hay muchos valencianos, que recibirán a sus seguidores en las casetas de las librerías o en las salas de la Feria. Desde los ya encumbrados Ferran Torrent, Eduard Mira o Fernando Delgado, a las jóvenes promesas que van abriéndose camino en la literatura valenciana como David Mateo, Anabel Botella o Laura Gallego, la autora que está considerada como la más importante en el campo de la literatura juvenil.

También es un lugar donde encontrar a escritores de toda España, que se desplazan hasta el Levante español para reunirse con sus fans y promocionar sus libros. Forges, Inma Chacón, Manel Loureiro, Santiago Posteguillo o Almudena Grandes estarán compartiendo momentos agradables con los visitantes de la Fira. Un festival del libro y las buenas historias que convertirá Viveros en el punto de reunión de los aficionados y visitantes hasta el 6 de mayo.

Y todo esto, en los Jardines de Viveros, un auténtico paraíso en mitad de la populosa Valencia. Unos jardines con una larga historia en los que se pueden apreciar numerosas especies de flora. En especial, es un placer para los sentidos pasear entre los inmensos rosales que ocupan una buena parte de la superficie del parque.

Cientos de valencianos se dan cita por sus sendas, para disfrutar de la paz en medio de la gran ciudad. A escasos metros de sus entradas principales se encuentra el cauce antiguo del Turia, también habilitado como enorme parque en el que también es fácil y recomendable perderse.

domingo, 29 de abril de 2012

El Monasterio de Piedra, un rincón mágico cerca de Zaragoza

 Imagen: rahego - Flickr

En el término municipal de Nuévalos, cerca de Zaragoza, se abre uno de los lugares más interesantes de Aragón. El Monasterio de Piedra está enclavado en el Sistema Ibérico, y se decía de él, en un artículo fechado en 1871, publicado en la revista inglesa Fraser's Magazine, que visitarlo era "una excursión a una de las curiosidades naturales más extraordinarias de Europa".

Hoy, en pleno siglo XXI, continúa siendo un lugar que muestra la Naturaleza en todo su esplendor. La de hoy, en forma de una abundante flora, y de hace, no siglos, sino milenios. La que se formó cuando toda la zona estaba sumergida en el mar. Grutas, formas caprichosas que conducen las numerosas fuentes de agua y producen impresionantes cascadas.

La formación de estas grutas y formaciones data de la época cuando se alzaron los Pirineos, y en consecuencia de aquello, el Sistema Ibérico. La erosión de millones de años ha provocado las curiosas formas que se presentan y dan su esplendor a este paraje.

El Monasterio de Piedra cuenta con el agua del Río Piedra, que durante siglos ha ido moldeando la piedra caliza surgida del fondo del mar, creando un espectáculo intenso en el que agua y piedra son protagonistas.

Entre los espectáculos naturales, destaca la Cola de Caballo, una cascada de 50 metros de caída que oculta tras de sí una gruta visitable, la Gruta Iris. Contemplar la caída desde detrás es uno de los espectáculos que más gustan a los visitantes. pero no es el único.

La Cascada Trinidad, El Lago Espejo, Los Chorraderos, el Vergel, el Lago de los Patos, son otros de los lugares que se recorren a lo largo de las dos horas y media que dura el recorrido entre olmos, higueras, chopos y saucos, entre otros árboles que aportan frescura y sombra al paraje.

En el río se pueden ver truchas, el pez más abundante de la zona, además de cangrejos ibéricos y  otros peces de río, que aunque no se pueden pescar, forman parte de las cosas que se pueden ver en el parque, declarado Paisaje Pintoresco en 1945.

La entrada al parque natural está situada junto al Monasterio Cistercense, que también puede ser visitado. Acoge el Museo de la Denominación de Origen Calatayud, y el Museo del Chocolate, además del arte sacro que se atesora en él.

El Hotel situado en el complejo cuenta, además de con cuidadas y confortables habitaciones, con un spa para llevar un paso más allá la experiencia del agua que se vive en él y disfrutar de todos los servicios del mismo.





viernes, 20 de abril de 2012

Montserrat, un paraje natural y espiritual cerca de Barcelona


Imagen: Wikipedia


La Sierra de Montserrat se puede ver desde Barcelona, con su característica forma de sierra. Se trata de una formación montañosa que se encuentra a 50 km al Noroeste de la ciudad y en ella se ubica el Monasterio de Montserrat.

Cuenta la leyenda que este se construyó tras ser hallada en una cueva una imagen de la Virgen, ennegrecida por el tiempo que pasó abandonada a su suerte. Es una talla de madera oscurecida por el tiempo y que recibe el nombre de La Moreneta, debido a su tonalidad. Al no poderse trasladar, debido a su delicado estado de conservación, así que se edificó alredor suyo lo que hoy es el Monasterio.

La Moreneta se encuentra en el recinto eclesiástico y es venerada por los muchos visitantes que tiene el Monasterio a lo largo del año. Los cerca ochenta monjes que viven en él siguen la regla de San Benito, creada en el siglo VI.
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