Imagen: rahego - Flickr
En el término municipal de Nuévalos, cerca de Zaragoza, se abre uno de los lugares más interesantes de Aragón. El Monasterio de Piedra está enclavado en el Sistema Ibérico, y se decía de él, en un artículo fechado en 1871, publicado en la revista inglesa Fraser's Magazine, que visitarlo era "una excursión a una de las curiosidades naturales más extraordinarias de Europa".
Hoy, en pleno siglo XXI, continúa siendo un lugar que muestra la Naturaleza en todo su esplendor. La de hoy, en forma de una abundante flora, y de hace, no siglos, sino milenios. La que se formó cuando toda la zona estaba sumergida en el mar. Grutas, formas caprichosas que conducen las numerosas fuentes de agua y producen impresionantes cascadas.
La formación de estas grutas y formaciones data de la época cuando se alzaron los Pirineos, y en consecuencia de aquello, el Sistema Ibérico. La erosión de millones de años ha provocado las curiosas formas que se presentan y dan su esplendor a este paraje.
El Monasterio de Piedra cuenta con el agua del Río Piedra, que durante siglos ha ido moldeando la piedra caliza surgida del fondo del mar, creando un espectáculo intenso en el que agua y piedra son protagonistas.
Entre los espectáculos naturales, destaca la Cola de Caballo, una cascada de 50 metros de caída que oculta tras de sí una gruta visitable, la Gruta Iris. Contemplar la caída desde detrás es uno de los espectáculos que más gustan a los visitantes. pero no es el único.
La Cascada Trinidad, El Lago Espejo, Los Chorraderos, el Vergel, el Lago de los Patos, son otros de los lugares que se recorren a lo largo de las dos horas y media que dura el recorrido entre olmos, higueras, chopos y saucos, entre otros árboles que aportan frescura y sombra al paraje.
En el río se pueden ver truchas, el pez más abundante de la zona, además de cangrejos ibéricos y otros peces de río, que aunque no se pueden pescar, forman parte de las cosas que se pueden ver en el parque, declarado Paisaje Pintoresco en 1945.
La entrada al parque natural está situada junto al Monasterio Cistercense, que también puede ser visitado. Acoge el Museo de la Denominación de Origen Calatayud, y el Museo del Chocolate, además del arte sacro que se atesora en él.
El Hotel situado en el complejo cuenta, además de con cuidadas y confortables habitaciones, con un spa para llevar un paso más allá la experiencia del agua que se vive en él y disfrutar de todos los servicios del mismo.
Uf, fui hace un montón de años con mis padres, cuando era pequeño... ahora tengo que repetir, esta vez yo con mi pequeño ;-)
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