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Si se viaja hasta Marrakech, además de encontrar una gran oferta turística en la ciudad, no hay que descuidar otros lugares cercanos que visitar. A unos 150 kilómetros de la ciudad, se pueden ver las cascadas de Ouzud, un precioso enclave en el Atlas, en el que ubica este salto de agua, el más alto del Norte de África.
Se puede llegar hasta ellas utilizando un taxi, o con el vehículo, propio o alquilado, aunque es aconsejable hacerlo con un coche con conductor contratado a través de una agencia. Puede resultar un poco más caro que el taxi, pero te permite llevar un conductor de habla castellana que puede ejercer la función de guía.
Las cascadas son impresionante espectáculo, y se pueden contemplar desde lo alto, junto al río que lanza el agua hacia el precipicio, y luego, bajar por un paseo hasta abajo. En este paseo se encuentran varios restaurantes y alguna tienda donde poder hacerse con un recuerdo de la visita.
Desde abajo, se ve la caída del agua en todo su esplendor, y por unos 100 dirhams (10 euros), se puede alquilar uno de los sencillos botes que hay en el pequeño lago que forman las cascadas para acercarse hasta casi tocar el agua con las manos.
Los botes están construídos con barriles y listones de madera, y los manejan jóvenes que viven en la zona. Son completamente seguros y ofrecen la interesante experiencia de estar a solo unos metros de las cascadas e incluso sentir en la cara el agua vaporizada que se forma a su alrededor.
Normalmente se puede incluso disfrutar de un baño en las cristalinas y frías aguas del lago, pero si ha llovido unas horas antes, el barro suele convertir el claro del agua en un feo color marrón. En unas horas de calma, retoma su normal aspecto de espejo inmaculado.
Al bajar del coche, se acercan hasta los visitantes varios guías, que insisten en acompañarlos hasta abajo. No es necesario ir con guía, ya que se puede bajar y subir por el mismo lugar sin problemas, pero si se quiere disfrutar más de la experiencia, se pueden contratar por unos 150-200 dirhams (15-20 euros), tras negociar con ellos (hay que recordar en que en Marruecos el regateo es un arte, y hay que negociar todos los servicios de este tipo para evitar sorpresas).
Yendo con un guía, se puede atravesar el lago y llegar a la otra orilla, desde donde se puede subir de nuevo al punto de partida, subiendo por una senda un poco complicada. El camino, aunque duro, vale la pena, ya que normalmente se pueden ver monos en estado salvaje cerca de la misma.
Hay varios restaurantes por el camino, e incluso hay un cámping en el otro lado del lago, sin electricidad, pero donde se puede comer disfrutando de la vista de las cascadas y el río.
Bonito,marravilloso,magnifico.
ResponderEliminarSí, es impresionante. Uno de los lugares más bonitos que he visto nunca. Recomendado totalmente :-)
ResponderEliminarUn saludín