Imagen: Wikipedia
En el centro de Madrid, junto a la Plaza de Cibeles y el Convento de los Jerónimos, encontramos un inmenso parque donde los madrileños se acercan a pasear y a disfrutar de un paseo por la naturaleza en plena ciudad. El Parque del Retiro ocupa 118 hectáreas de la ciudad y es un lugar de reunión y esparcimiento en el que es un placer dejarse llevar.
En su interior, interminables paseos bajo la sombra de los muy variados y abundantes árboles llevan al paseante ante los edificios que oculta el Parque, el estanque o la muy famosa estatua del mismísimo Lucifer, la única del mundo.
El estanque ocupa una buena superficie del parque, y en él se pueden alquilar barcas para navegar a golpe de remo y pasar un agradable rato, disfrutando de la tranquilidad que se respira en el agua, apartada de la bulliciosa orilla.
En ella, y bordeando el estanque, cientos de madrileños y visitantes pasean, conversan, instalan paradas de los más diversos comercios. No muy lejos encontramos la estatua de Luzbel, el Ángel Caído que luego tomará el nombre de Lucifer y se convertirá en el Gran Enemigo, en el Diablo.
La estatua fue instalada en 1877 y es obra de Ricardo Bellver, que inmortalizó unos versos de El Paraíso Perdido, de Milton. En la base de la estatua, unas criaturas demoniacas escupen agua, convirtiendo el conjunto en una curiosa fuente que representa una figura que no tiene demasiada representación en el mundo.
El Paseo de las Estatuas, La Casa de Cristal, el Monumento a Alfonso XII que preside el estanque o la Rosaleda son otros de los lugares que podemos encontrar en este parque, en el que durante varias semanas se celebra la Feria del Libro de Madrid, entre otras actividades que lo dotan de vida y actividad durante todo el año.
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