Imagen: Ran Yaniv Hartstein (Flickr)
La Sagrada Familia es uno de los símbolos de Barcelona. Su característica silueta recorta el skyline de la Ciudad Condal y se alza en el popular barrio del Eixample, donde se vertebran algunas de las más importantes atracciones turísticas de la ciudad.
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, que es su nombre real, es un proyecto de Antoni Gaudí, arquitecto catalán que tomó el proyecto cuando ya estaba iniciado y lo reestructuró completamente para darle la apariencia que hoy comienza a percebirse.
El proyecto que diseñó Gaudí incluye 18 inmensas torres, además de varias naves que todavía no están construídas. De todo esto, sólo hay 8 torres levantadas y falta todavía mucho para completar una obra que está considerada uno de los 12 tesoros de España y que será una de las obras más importantes creadas por el hombre.
Se puede visitar y admirar por dentro, ya que su construcción está bastante adelantada y hay zonas visitables. Incluso se puede subir a una torre, que presenta unas fantásticas vistas de la ciudad y de la propia basílica. En los sótanos se puede visitar el Museo, un lugar donde se exhiben planos del propio Gaudí y objetos relacionados con el proyecto, así como maquetas y otras instalaciones.
Un poco más alejado, en la ladera la montaña del Carmelo, encontramos el Parc Güell, un espacio público que fue diseñado por Gaudí y que recoge en su interior muestras de su especial gusto estético, influenciado por las formas de la naturaleza.
Debe su nombre al catalanista Eusebi Güell, quien pensó en construir una urbanización de lujo. Tras fracasar el proyecto, se reconvirtió en un espectacular parque que hoy se puede disfrutar. Pasear por este rincón verde de Barcelona transporta al paseante a un mundo mágico donde los diseños del arquitecto hacen disfrutar de un momento único.
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