Imagen: Jéremy Couture - Flickr
La ciudad de Marrakech es un hervidero de actividad, pero también en ese ambiente de constante movimiento hay un momento para el descanso y el relax. Los jardines que se encuentran en la ciudad invitan al visitante a pasear por ellos y olvidarse por un momento de la rutina del día a día.
El principal lugar donde pasear son los Jardines de Menara, los más antiguos de la ciudad. Se construyeron en 1870, alrededor de un estanque almohade, y son más bien un huerto en el que la sombra no es precisamente uno de sus principales elementos. Aún así, es un lugar perfecto para pasear al atardecer, cuando el sol ya no es tan terrible.
El estanque está presidido por un edificio, en el que cuentan que los Sultanes tenían sus encuentros amorosos. El estanque tiene miles de carpas, a las que los vecinos de la ciudad y los turistas alimentan con pan, que se puede comprar a alguno de los vendedores ambulantes que tienen sus puestos instalados por allí. En los jardines también se puede dar un paseo en dromedario, una de las grandes atracciones de los viajes a África.
Otro de los jardines es el creado por el pintor frances Jacques Majorelle en 1927, los Jardines Majorelle. En 1946 se abrieron al público en general, y en los años 80 del pasado siglo fueron comprados por Yves Saint-Laurent.
La abundancia de árboles proyecta una agradable sombra que permite huir del calor que acompaña a la ciudad gran parte del año. En estos jardines se pueden encontrar numerosos tipos de árboles y plantas, traídas de todo el mundo. Se pueden ver varios tipos de cáctus, con sus curiosas formas; plantas acuáticas; palmeras y bambús, que conforman un recorrido en el que también se puede conocer el arte islámico, gracias al pequeño museo que albergan los jardines.
Por último, se puede visitar el palmeral, una enorme extensión de 13.000 hectáreas, en la que se alzan más de 10.000 palmeras. A él se puede llegar facilmente en taxi, aunque lo más aconsejable es contratar durante 2 horas una de las calesas que se encuentran en la plaza DJemaa el Fna y descubrirlo en una de ellas.
Actualmente, es una zona en crecimiento, ya que se están construyendo alrededor varios complejos hoteleros, campos de golf y urbanizaciones de lujo, pero continúa teniendo ese aire místico e intemporal que rodea a toda la ciudad. Buenas opciones para parar un poco en la visita, y continuar descubriendo Marrakech, pero a otro ritmo.
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